La gran mayoría de personas que han pasado por un cáncer, consideran el momento del diagnóstico como uno de los más duros y complicados de gestionar de todo el proceso. La persona suele transitar por distintas fases (shock inicial, negación, respuestas emocionales, adaptación) en las que sentimientos vinculados a la preocupación, incertidumbre e inseguridad son muy habituales.
El inicio del proceso oncológico suele desencadenar una serie de cambios en las rutinas diarias, en los roles (sociales, familiares, laborales…), en el estado físico de los pacientes y en su imagen corporal. La percepción de control sobre todos estos cambios sobrevenidos disminuye drásticamente y se hace patente la necesidad de encontrar estrategias adecuadas de afrontamiento.
Es normal la aparición de respuestas emocionales intensas y difíciles de gestionar. La forma en que cada persona afronta la enfermedad dependerá de la combinación de varios factores personales y situacionales (ej. edad, vivencias con cáncer, red social, personalidad, etc.)
A nivel familiar, es fácil detectar como el impacto de la noticia genera una serie de respuestas emocionales (miedo, rabia, tristeza, irritabilidad…) que pueden conducir hacia la protección/sobreprotección, apareciendo el riesgo de presencia de paternalismo.
Es frecuente el querer ocultar o minimizar el malestar emocional delante del paciente, pero este hecho suele crear más malestar. El hecho de disimular aumenta el malestar emocional propio y la sobrecarga del cuidador (física y psicológica). El familiar también está expuesto y es vulnerable frente a esta situación.
Se hace especialmente relevante la necesidad de encontrar estrategias válidas y eficaces para el autocuidado del familiar/cuidador. Algunas ideas útiles en este sentido son: descansar, realizar actividad física, organización eficaz y realista del tiempo, evitar el aislamiento, establecer límites, prevenir soluciones y buscar ayuda.
Rafael Castell Torres
Psicooncólogo
Miembro del Grup de psicooncologia de la Societat Catalana Balear de la Academia de Ciencia Médicas