Un equipo de la Universidad de Misuri ha refrendado de nuevo el Premio Nobel que unos colegas de California y Dinamarca han obtenido este 2022. Su estudio, publicado en Molecular Pharmaceutics, desvela que la llamada química clic puede utilizarse para que ciertas terapias farmacológicas contra el cáncer óseo en perros sean eficientes y produzcan menos efectos secundarios, lo que allana el camino para tratar con ellas a las personas.
Una técnica revolucionaria de Premio Nobel
El pasado mes de octubre, la Real Academia de las Ciencias de Suecia decidió otorgarle el Premio Nobel de Química a Karl Barry Sharpless, Carolyn Bertozzi y Morten Meldal por haber desarrollado una técnica “simple, fiable y elegante” para producir reacciones químicas con mayor precisión, revolucionaria en tanto que sirve para construir moléculas de cierta complejidad de una manera sencilla, ágil y barata.
Según apuntaron los expertos tras el anuncio del galardón, entre lo más destacable de la química clic y biortogonal está el hecho de que, en un futuro, podría resultarnos muy útil para disponer de tratamientos más específicos contra el cáncer. Y lo que han logrado ahora, no mucho después, en la Universidad de Misuri va precisamente en esa dirección: que haya dado sus frutos en nuestros amigos caninos es algo promisorio.
Hasta la fecha, solamente se había tenido éxito al aplicarla en ratones, y se temía que no pudiese funcionar en animales de mayor tamaño ni en personas. La circunstancia de que sus cuerpos fuesen demasiado grandes para que ambos lados de las moléculas, que se unen como las piezas conocidas de LEGO, se encontraran y encajasen —con un “clic”— suponía una gran preocupación. De modo que llegan excelentes noticias desde Columbia.
Un prometedor logro contra el cáncer de huesos
“Si desea atacar un tumor utilizando el sistema inmunitario, un anticuerpo es una forma extremadamente específica de administrar un fármaco o una carga radioactiva al tumor”, explica Jeffrey Bryan, “pero el problema con los anticuerpos es que son moléculas enormes que circulan en el torrente sanguíneo durante días o incluso semanas” y, así, su radioactividad puede “impactar negativamente en los órganos” y no tanto en el cáncer.
No hay duda, pues, de que la química clic era una buena opción experimental porque administra medicamentos directamente al tumor cancerígeno, aumentando la eficacia en dicho propósito y, de esta forma, disminuyendo la posibilidad de peligrosos efectos secundarios al minimizar la circulación de tales sustancias por el torrente sanguíneo. Conque se pusieron manos a la obra en la Facultad de Medicina Veterinaria de Misuri.
El equipo de investigadores administró las dosis correspondientes de radiofármacos a cinco perros con cáncer óseo y un peso superior a los 45 kilos. Y la terapia fue sobre ruedas. “Es un gran paso adelante para el campo demostrar que esto funcionó en un cuerpo de tamaño humano”, asegura Jeffrey Bryan, y remata: “Esto puede allanar el camino para que la química clic se use para ayudar a los humanos con cáncer en el futuro».
Bibliografía
- EurekAlert! «‘Click’ chemistry may help treat dogs with bone cancer, MU study finds». Accedido, el 4 de noviembre de 2022. https://www.eurekalert.org/news-releases/970258.
- Bryan, Jeffrey N.; Charles A. Maitz, Samantha Delaney, Brendon E. Cook, Afaf R. Genady, Rebecca Hoerres, Marina Kuchuk, Georgios Makris, John F. Valliant, Saman Sadeghi, Jason S. Lewis, Heather M. Hennkens y Brian M. Zeglis, «Pretargeted PET of Osteodestructive Lesions in Dogs». Molecular Pharmaceutics, 4 de noviembre de 2022. https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acs.molpharmaceut.2c00220.