Seguimos con la segunda parte de la interesantísima entrevista que realizó Ariadna de Udaeta al Presidente de la Sociedad Española de Inmunología, el Doctor Marcos López Hoyos. En esta ocasión nos toca explicar las diferencias que existen entre las distintas marcas de vacunas que se están utilizando en Europa y España.
Diferencias entre las distintas vacunas y modo de acción
Como todos sabemos ya, debido al constante bombardeo mediático de la pandemia, no existe una única versión de la vacuna contra la COVID-19, sino que cada farmacéutica que ha tenido los medios y el dinero necesario ha desarrollado su propia variante.
Hasta la fecha, las que se están aplicando en la Unión Europea (y en España también) son las de BioNTech / Pfizer, la de Moderna, la de Oxford / AstraZeneka y la de Janssen / Johnson&Johnson. Hasta aquí las que casi todos conocemos, sin embargo existen muchas más que están en proceso de ser aprobadas, como la de Novavax, la de CureVac o la de Sanofi. Y nos dejamos en el tintero algunas otras como la rusa Sputnik V. Sin embargo, ¿Sabemos qué diferencias existen entre todas ellas? ¿Es solo el nombre (y la casa farmacéutica que las fabrica), o hay diferencias de composición?
El Doctor Marcos nos explica que todas ellas se pueden agrupar en 6 modelos diferenciables en cuanto a composición y modo de acción. Los dos primeros serían las vacunas de virus atenuados, y las de virus inactivos. En ambos casos estamos administrando el propio virus de la COVID-19 en el cuerpo del paciente para que cree una reacción inmunitaria, pero en la primera se consigue mediante un virus activo pero “debilitado”, y en la segunda el virus está completamente “muerto” (¿realmente se puede matar lo que no está vivo?).
En el siguiente grupo entrarían las vacunas basadas en partículas de tipo virus, y las de subpartículas (que llevan trozos del virus en vez de el virus completo).
En tercer lugar, y quizás las más importantes porque son las que se están utilizando, estarían las vacunas con vectores virales no replicativos (que usan un adenovirus como vector de una proteína reconocible de la COVID-19), como las de Astrazeneca o la de J&J, y las basadas en ácidos nucléicos (ADN o ARN), como la de Pfizer o Moderna. Éstas últimas inyectan ADN o ARN que lleva información para la síntesis de una proteína del coronavirus reconocible por nuestro sistema inmune, y tienen la ventaja de poderse modificar con facilidad para combatir cepas específicas del coronavirus.
En la próxima (y final) parte de esta entrevista os explicaremos cuál es la mejor vacuna para pacientes inmunodeprimidos y por qué, así es que estad atentos al próximo artículo.